Mantenimiento de los portones levadizos automáticos
Uno de los mayores errores que cometen los propietarios de portones levadizos automáticos es olvidarse del mantenimiento de ellos. Seguramente al comprarlos, el vendedor te aseguró que para mayor comodidad, estos requerían de un mínimo de atención y no mintió, pero mínimo no es igual a nada.
De hecho, por tratarse de un mecanismo tan robusto es probable que solo debas prestar atención a este aspecto pocas veces en tu vida. Sin embargo, hasta el mejor de los portones levadizos automáticos requiere de ciertas revisiones en determinadas ocasiones.
La buena noticia es que no tenemos que hacer grandes esfuerzos, ni sacrificar nuestro tiempo y comodidad en ello, tampoco será necesario contratar a alguien para que lo haga por nosotros porque se trata de procedimientos sumamente sencillos.
El primero de ellos, es la limpieza y seguramente no nos sorprenderá, ya que nada que esté sucio durará mucho tiempo. En este sentido, si pasamos por alto una sencilla limpieza periódica, en el futuro pudiéramos tener que lidiar con averías a causa de la acumulación de polvo y otros agentes.
La lubricación también es una parte fundamental en el buen funcionamiento de los portones levadizos, porque esto además de garantizar el correcto desempeño en cuanto a movimiento, también previene la oxidación y los atascos que ocurren como consecuencia de ella.
Portones levadizos automáticos: Otras precauciones
Además de lo anterior, es necesario ser precavidos y evitar hacer uso manual de ellos cuando están funcionando de manera automática, también es recomendable revisar que no se encuentre ningún objeto que pueda obstaculizar su fluido movimiento.
De igual forma, estemos atentos a los ruidos inusuales que pueda emitir el motor, porque eso puede ser una señal de sobrecalentamiento o alguna traba.
Por último, pero no menos importante, al hacer la revisión periódica procuremos revisar si algún tornillo, cable o pieza móvil requiere de algún ajuste. Es natural que por el constante abrir y cerrar, se aflojen y si no lo notamos a tiempo no podremos evitar futuras averías.
Como puedes ver, son pasos sencillos y tú mismo puedes establecer la frecuencia con la que los llevarás a cabo para que su buen funcionamiento no te reste comodidad.